Si nuestro perro tiene un carácter agresivo, puede convertirse en un problema importante en casa. El perro trata de montar cualquier cosa que esté por casa, ya sean peluches o incluso nuestras piernas. Una de las soluciones que a estas conducta puede ser la esterilización. El problema de realizar la esterilización en nuestro can llega cuando su comportamiento no cambia. Las prácticas de una buena educación son importante para controlar esa agresividad. En este post veremos cuales son los pasos para poder controlar a nuestro can.
La esterilización reduce problemas de conducta en el perro
Las confusiones y dudas acerca de los posibles cambios de carácter que siguen a la esterilización del perro son numerosas. Algunos propietarios de canes temen que, tras la castración, sus peludos amigos se vuelvan perezosos, más serios y pierdan de pronto sus ganas de jugar.
Sin embargo, los expertos señalan que esto no solo no suele ocurrir sino que, además, la esterilización puede ayudar a reducir problemas de conducta más o menos graves del perro. Entre ellos, los ladridos constantes, las escapadas en el parque que acaban en extravíos y algunos destrozos en casa.
Las alteraciones de comportamiento suelen ser, sin embargo, más acusadas en los machos (tres de cada cuatro perros las experimentan) que en las hembras (poco más de la mitad).
El cambio de comportamiento más llamativo del perro suele ser el control de su instinto sexual, ya que la castración suele perder las ganas de correr tras las perras en celo que encuentra en el parque.
La agresividad se reduce tras la castración del perro
La agresividad de los perros tiene muchas y diversas causas. El maltrato al animales una de ellas. Además, un perro que sufre dolor, por alguna enfermedad, tampoco es extraño que se muestre poco amigable.
Otra causa frecuente de agresividad en canes es la competencia por un compañero sexual. La rivalidad entre perros y perras por lograr la atención de otros congéneres se reduce de forma notable con la esterilización del can. Y, con ella, también las peleas y la agresividad.
La reducción del instinto sexual del can implica que el peludo compañero ya no necesita competir por captar el interés de otros perros y perras. Por lo que puede relajarse, y disfrutar de la compañía de otros amigos de cuatro patas sin tanto estrés.
El 61% de los perros machos se muestran más amigables con otros congéneres tras la castración. Y lo mismo le ocurre al 51% de las hembras.
Perros esterilizados que engordan y juegan menos
La obesidad del perro es una enfermedad crónica que afecta a entre el 20 y el 40% de los canes, según la Asociación Mundial de Veterinarios de Pequeños Animales (WSAVA).
El riesgo de padecer sobrepeso, sin embargo, crece para los perros y perros esterilizados. El 42% de los perros machos, así como el 30% de las hembras, aumentan la ingesta de alimento una vez castrados, según la investigación de Heidenberger y Unshelm.
Este aumento de la cantidad de alimento solicitada por el amigo peludo conlleva un casi inevitable incremento de peso. Además, como ocurre en las personas, la obesidad del perro implica una cada vez menor actividad física: el can con sobrepeso se fatiga antes y reduce sus ganas de jugar.
Por ello, hay que prevenir la obesidad del perro con la alimentación adecuada y el ejercicio que precisa. Aunque, una vez que aparece, es esencial aprender cómoalimentar a un perro con sobrepeso, para reducir cuanto antes esta dolencia que perjudica de forma notable su calidad de vida.
Aunque es verdad que vamos a querer a nuestros animalitos sean como sean, hay que prevenir su obesidad gracias a una alimentación adecuada y un ejercicio regular. Una vez que nuestro animal tiene obesidad nos será difícil reducir este problema de sobrepeso, por lo tanto es importante alimentar adecuadamente a nuestro perro. Finalmente, es importante tener en cuenta como ya hemos dicho, que la esterilización no es una solución milagrosa: aveces pueden no surgir ningún efecto, o hacer que nuestro perro engorde de forma importante. Los educadores caninos son esenciales para seguir controlando los malos hábitos del perro, de la misma forma que nuestro interés para que siga una alimentación equilibrada.
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